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UTN Facultad Regional Venado Tuerto
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Cusos de Oficios de UTN VT en TeodelinaEn el marco del convenio con la comuna de Teodelina por el programa de Capacitación Extracurricular de la Secretaría de Extensión Universitaria, se dio inicio al curso de “Auxiliar Instalación y Reparación de Aires Acondicionados y Splits”.

Al primer encuentro asistió la titular de la Secretaría, Ing. María Yesica Arán, para dar la bienvenida al grupo de alumnos bajo la responsabilidad del docente Téc. Federico Viti.

Las clases se llevan a cabo en la Casa de la Cultura de esa localidad, los sábados en horario 9 a 12.


      

  Juan Franco (El Informe) 

Lagunas que crecen, napas que suben, satélites que monitorean

Ing. Jorge Fernando Amigo La Facultad Regional Venado Tuerto de la Universidad Tecnológica Nacional no sólo es formadora de ingenieros en las especialidades de Electromecánica y Civil, junto con la propuesta de tecnicaturas y cursos de oficios con fuerte demanda en la región, sino que también aporta a la comunidad con sus grupos de estudio e investigación, como el Grupo de Estudios Urbanos y el Gabinete de Imágenes Satelitales, actividades a las que el decano Jorge Amigo le dio un gran impulso desde el comienzo de su gestión. El primero de ellos está a cargo del Ing. Daniel Dabove, con una dilatada trayectoria en el área de Obras Públicas municipal, y el asesoramiento del Ing. Fernando Tentor, de la Universidad Autónoma de Entre Ríos; en tanto que el Gabinete de Imágenes Satelitales es dirigido por el Ing. Alvaro Soldano, docente e investigador en UTN, y calificado integrante de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales. En consecuencia, con sólidos conocimientos y modernas herramientas tecnológicas, la UTN venadense adquiere cada día más importancia como fuente de consulta de las autoridades de los diversos estamentos, sobre todo en virtud de la crisis hídrica que asuela a la región.

En primer lugar, Soldano sostuvo que “las imágenes satelitales sirven sobre todo para conocer el territorio, tanto con las coberturas terrestres (cultivos), como con los cuerpos de agua (lagunas), y analizar su dinámica a través del tiempo, lo que es muy útil, tanto en la prevención como en la emergencia. Es valioso conocer la superficie terrestre mediante un seguimiento sistemático, porque las inundaciones, por ejemplo, dependen de las lluvias, que son muy variables, pero también de los cambios que la mano de hombre provoca en las condiciones del terreno”. 

“En la UTN nos propusimos impulsar estos grupos de investigación, donde a través de las nuevas tecnologías, como teledetección, imágenes satelitales y sistemas de información geográficos, no sólo logramos valorar la dimensión de estos fenómenos hídricos, sino también anticiparnos a ciertos episodios, que hoy se focalizan en las inundaciones en la región, pero dentro de unos años pueden servir para evaluar una sequía”, afirmó Dabove. Y consideró que “por primera vez en mucho tiempo las tres grandes cuencas del departamento General López (La Picasa, Melincué y Las Encadenadas) están en su máxima expresión en forma simultánea, impactando severamente en la producción, la infraestructura y la conectividad (con la ruta 7 cortada y la 8 y la 33 en serio riesgo), aunque para medir los daños habrá que esperar que bajen las aguas”.

Luego, Soldano pronosticó que “el panorama será más comprometido en el invierno que se avecina”, porque disminuirá la evaporación en las lagunas, y el suelo, con menos superficie cultivada que en el verano, tendrá un mayor  escurrimiento superficial, situación que se agravaría con un invierno llovedor. “Si la pampa húmeda es la zona más productiva del país, no hay que satanizar justamente al agua, sino ejercer las regulaciones para que en su curso no se vean afectados ni los patrimonios ni la integridad física de los habitantes”, aclaró. 

“Hoy la Facultad está en condiciones de sentarse a la misma mesa, junto con los entes gubernamentales, para debatir las soluciones de fondo, que no necesariamente implican grandes obras hidráulicas”, subrayó, y con realismo sugirió evitar la demagogia, porque “en tiempos de inundaciones no cabe otra actitud que hacer catarsis. Para tomar las grandes decisiones hay que esperar que deje de llover y no volver a relajarse como otras veces”, advirtió Dabove. 

Ing   Daniel Dabove
Aguas en Gral. López
 

Consultado por la crisis de la laguna La Picasa, Dabove comentó que “está claro que la gran cantidad de agua que le ingresa es mucho mayor que la que sale, y también que las alternativas de bombeo nunca dieron el resultado anunciado, así que es probable que la solución se base más en una rigurosa planificación del territorio y el manejo del suelo, que en obras hidráulicas”, incluyendo desde nuevas prácticas agrícolas hasta el control de los canales clandestinos. Y Soldano recordó que la laguna La Picasa tenía en el año ’79 una superficie aproximada a las 5.300 hectáreas y hoy supera las 35 mil, a pesar de que en 2004 se hicieron estaciones de bombeo en busca de llegar a una cota de 102,5, para limitar la superficie a 16 mil hectáreas, que hubieran preservado la ruta 7 en caso de funcionar correctamente. Más adelante, Dabove evaluó que la laguna de Melincué se caracteriza por un formato de cuenca cerrada, en que cambia mucho la altura, pero muy poco la superficie ocupada. “Y este año se originó un fenómeno de rebalse en la cuenca norte con aguas que, en lugar de ser captadas por el canal San Urbano, se volvieron sobre la propia laguna, además de la acción del viento, que superó la única defensa que tiene el pueblo, que es la ruta. Y a esto hay que sumar Las Encadenadas, que es un sistema bastante inestable, donde se fueron formando cuerpos de agua importantes, como la laguna de San Eduardo (unas 10 mil hectáreas) y otras al sur de Runciman, que alcanzaron superficies a las que hay que prestar atención. Hay gente que no lo dimensiona, pero estamos hablando de 35 mil hectáreas en La Picasa, 30 mil en Melincué y 25 mil en Las Encadenadas, todo eso en General López”, precisó. 

Ing.  Alvaro Soldano
Altura de las napas
 

El Ing. Daniel Dabove señaló que un fenómeno tan inquietante como la expansión de las lagunas, es la altura de las napas, pues “el agua subterránea en esta zona se desplaza mucho más lentamente que las superficiales, así que el escenario es propicio para que una lluvia intensa vuelva a provocar inundaciones, que es el problema que venimos sufriendo en los últimos cinco años. Y cuando está la napa alta también sucede que ante lluvias no tan copiosas, pero frecuentes, crecen los riesgos de inundaciones”. Asimismo, el coordinador del GEU alertó que “en un área agropecuaria como la nuestra, ya es impostergable una regulación de los cultivos para restablecer el balance hídrico, que es clave para iniciar un proceso de depresión de las napas, pero hablar de estos temas hace unos años equivalía a ser calificado de hereje, aun cuando organismos estatales como el propio INTA lo venían advirtiendo. Pero la renta de los productores y la recaudación del Estado por retenciones imponían deforestación y monocultivo, aunque con un enorme impacto ambiental”. Y agregó Soldano que “hablar del cuidado del medio ambiente o de producciones agrícolas sustentables, implica mayor conocimiento del territorio y promover producciones que no impacten sobre los escurrimientos, por ejemplo”. “Hay campos que hasta hace poco tiempo obtenían las cosechas más rendidoras del país y que hoy no sólo no pueden sacar la cosecha, sino que no se sabe si van a poder sembrar en la próxima campaña. Por eso es urgente tomar conciencia de que nuestra riqueza reside en el suelo, y si no introducimos las regulaciones necesarias, vamos a seguir padeciendo graves consecuencias”, enfatizó, en tanto que, a modo de conclusión, el decano Jorge Amigo insistió en que “hoy la Facultad cuenta con los conocimientos y las tecnologías que posibilitan disponer de datos certeros e inobjetables sobre la problemática hídrica regional. Y confiamos en que las autoridades políticas lo sabrán valorar”.